domingo, 2 de diciembre de 2018

LA POBLACIÓN DE SANTANDER EN EL SIGLO XVIII
 
 

TESIS DOCTORAL: Dra. María Jesús Pozas Pozas

Presentada en:

UNIVERSIDAD DE DEUSTO - Bilbao
FACULTAD DE LETRAS.SECCIÓN HISTORIA
Julio de 1998
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Dra. María Jesús Pozas Pozas. E-mail: mpozas@deusto.es

 
ÍNDICE DE MATERIAS
 

INTRODUCCIÓN
METODOLOGÍA
SIGLAS UTILIZADAS
FUENTES MANUSCRITAS
FUENTES IMPRESAS
BIBLIOGRAFÍA .

L I B R O I
 
CAPÍTULO I - LA INFLUENCIA DEL MEDIO GEOGRÁFICO EN LA MONTAÑA
 
1. Dialéctica entre la región y la ciudad
2. Transformaciones territoriales de la Montaña en el siglo XVIII
3. La influencia del medio físico en la Montaña
4. La economía de las comarcas montañesas
5. Las vías de comunicación que unen a la Meseta y a la Montaña con el puerto de Santander
NOTAS

CAPÍTULO II - EL MARCO URBANO DE SANTANDER EN EL SIGLO XVIII
1. La evolución de Santander de villa a ciudad
2. Santander según el Catastro del Marqués de la Ensenada
3. Transformaciones urbanas y expansión de Santander a fines del siglo XVIII
4. La ciudad burocrática: Ayuntamiento y Obispado
5. La asistencia social
6. Educación, cultura y religiosidad
NOTAS

CAPÍTULO III - LA ESTRUCTURA ECONÓMICA DE SANTANDER
1. La evolución económica de 1700 a 1800
2. La agricultura y la pesca
3. La industria
4. El papel del puerto
5. El comercio interior y el exterior: vías terrrestres y marítimas
6. El Consulado
NOTAS


 
L I B R O I I
 
CAPÍTULO IV - LA EVOLUCIÓN CUANTITATIVA Y LA ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN DE SANTANDER DE 1700 A 1799
 
1. Movimiento natural de la población: Bautizados, matrimonios y difuntos de 1700 a 1799
2. Crecimientos y decrecimientos demográficos
3. Distribución de la población por sexos y por edades: pirámides de edades
4. Repartición de la población por el estado civil
5. La inmigración
6. Profesiones
NOTAS  
 
CAPÍTULO V - MEDICIÓN DE LA NATALIDAD Y LA FECUNDIDAD

1. Tasa bruta de natalidad
2. Nacimientos mensuales, trimestrales, anuales, quinquenales y decenales

3. Movimiento estacional de las concepciones y los nacimientos

4. Clasificaciòn de los nacimientos según el sexo
5. Frecuencia de los nacimientos legítimos e ilegítimos: los niños abandonados
6. Tasas de fecundidad general y matrimonial

7. Los intervalos genésicos
8. El número de hijos por familia

NOTAS


CAPÍTULO VI - MEDICIÓN DE LA NUPCIALIDAD
1. Tasa bruta de nupcialidad
2. Matrimonios mensuales, trimestrales, anuales, quinquenales y decenales
3. Movimiento estacional de los matrimonios
4. El promedio de edad de los contrayentes
5. Estado civil de los contrayentes
6. Duración de la vida conyugal e intervalos entre viudez y matrimonios sucesivos
7. El origen geográfico de los esposos
8. Frecuencia del celibato definitivo
NOTAS
 

CAPÍTULO VII - MEDICIÓN DE LA MORTALIDAD INFANTIL Y PARVULAR
1. Tasa bruta de mortalidad infantil y parvular
2. Mortalidad infantil y parvular mensual, trimestral, anual, quinquenal y decenal
3. Movimiento estacional de la mortalidad infantil y parvular
4. Clasificación de la mortalidad infantil y parvular por sexos y grupos de edades
5. Crísis de mortalidad infantil y parvular
6. Mortalidad diferencial infantil y parvular

NOTAS  
CAPÍTULO VIII - MEDICIÓN DE LA MORTALIDAD ADULTA
1. Tasa bruta de mortalidad adulta y de mortalidad general
2. Esperanza de vida

3. La mortalidad adulta mensual, trimestral, anual, quinquenal y decenal

4. Movimiento estacional de la mortalidad adulta
5. Clasificación de la mortalidad adulta por sexo y edad
6. Crisis de mortalidad adulta
7. La mortalidad diferencial adulta
8. Los lugares de enterramiento
NOTAS
 
IX - EPILOGO ..................................... 1203


L I B R O   I I I 
 
APENDICE GENERAL
 


 
INTRODUCCIÓN
 

La finalidad de este trabajo es conocer el desarrollo demográfico de Santander en el siglo XVIII; desarrollo que, por sus especiales características, marcó la historia de la ciudad y de la provincia. Pero, también y a través del estudio en profundidad de la población santanderina podemos aportar unas conclusiones que sirvan de base para un conocimiento más ajustado de la “Historia de la ciudad” dentro de un panorama historiográfico aún insuficientemente investigado en estos aspectos. Hemos intentado estudiar el siglo XVIII en su totalidad, porque los problemas demográficos aconsejan un análisis en una fase de larga duración.

Al examinar la historia de los habitantes de la villa de Santander, convertida en ciudad después de 1755, nos encontramos con que aquellos hombres y mujeres del siglo XVIII son de otro tiempo, e intentamos comprenderlos y hacer que se les comprenda; y por lo tanto, es preciso situarlos en su medio, bañados por la atmósfera de un tiempo que no es el nuestro. Pero, para comprender el pasado, necesitamos partir del presente, siguiendo la tesis del historiador francés Marc Bloch quién afirmaba que “el conocimiento del presente es directamente más importante todavía para la compresión del pasado".
La imagen que tenemos hoy de la ciudad y de los hombres de Santander no se parece en nada a la del siglo XVIII; pero podemos sin embargo, partir de esta imagen, captar e cambio que se ha ido produciendo a lo largo de casi tres siglos, y así reconstruir la realidad histórica de aquellos hombres y mujeres. Además, la historia, como ciencia de los hombres en el tiempo, tiene necesidad de unir el estudio de los muertos con el de los vivos, puesto que la historia siempre la hacemos desde el presente.
Santander participa hoy día en los avatares que afectan a la fachada cantábrica; cuenta con 196.218 habitantes según un censo de 1991. Es una ciudad nueva nacida de las cenizas del trágico incendio que prácticamente la arrasó en 1941; en aquellas cenizas quedó la vieja ciudad, con sus calles, sus edificios, podríamos decir que desapareció la ciudad del XVIII con la evolución urbanística posterior; pero la que se ha construido en el mismo lugar tiene que ver con ella; y así hoy podemos reconstruir sus calles y sus hogares, porque, como dice Fernando Chueca Goitia, “aunque una ciudad desapareciera por completo, arrasada hasta no quedar ni la ceniza de sus hogares, la que se construyera en el propio lugar tendría que ver siempre con ella.

No hay que olvidar que toda ciudad es por sí misma un formidable archivo de recuerdos, y si no conocemos históricamente la ciudad, tampoco podremos conocer a sus hombres, porque la ciudad es un ser histórico. La posición geográfica de Santander en el centro de la costa cantábrica, la predispuso a convertirse en una ciudad comercial, especializada en la exportación de lanas y harinas, y a la vez en puerto redistribuidor de las mercancías que provenían del noroeste de Europa y de América en particular tras la libertad de comercio decretada por Carlos III (1765 y 1778). Santander es el centro donde confluyen los caminos que la ponen en contacto con el tráfico terrestre; aquí, la influencia del medio físico local es innegable. Hemos de tener muy presente también el clima, que ha influido y sigue influyendo en la agricultura periurbana, en el ritmo de las cosechas, en la propiedad de la tierra, y en el tipo de industria; es decir, el clima constituye un factor económico que, en definitiva, determina el poder, el prestigio social y configura un tipo de sociedad. Por otra parte, el artesanado y el comercio fueron los dos ejes que hicieron vivir a la ciudad.
 
Desde la baja Edad Media, Santander constituyó el  principal baluarte de los intereses castellanos en el Cantábrico; desde su puerto se organizó la red de distribución de las importaciones y exportaciones: lana,  trigo, vinos y productos manufacturados eran mercancías que entraban o salían por este puerto. A partir del siglo XIII se convirtió en uno de los más importantes de las “Cuatro Villas de la Mar” (Castro, Laredo, Santander y San Vicente), y se transformó, gracias al comercio, en el puerto natural de Castilla. El puerto de Santander constituyó un lugar privilegiado, donde afluían los hombres atraídos por las aguas. En el siglo XVI se convirtió en el principal puerto exportador de las lanas castellanas hacia el noroeste de Europa; fue, también, el puerto preferido de las armadas reales. Entre finales del siglo XVI y  principios del XVII se sitúa el hundimiento del puerto y de la villa, lo que dio lugar a una larga etapa de contracción que abarcó todo el Seiscientos. La terrible peste de 1596 fue el comienzo de una inversión de las tendencias; entre los signos más notables de los derrumbes, hay que señala la crisis demográfica y la económica. Después de casi siglo y medio de silencio (1600 - 1750), Santander sentó las bases de su crecimiento; esto supuso una ruptura con el siglo y medio anterior; el cambio se debió en buena medida al formar Santander parte de la periferia que pronto gozaría del efecto beneficioso de la favorable coyuntura internacional del siglo XVIII, cuyo signo más evidente fue un fuerte incremento en las relaciones comerciales y humanas, lo que tuvo una especial relevancia en todo el Cantábrico. A este marco de coyuntura favorable, Santander ofreció unas características específicas, producto de su historia y de su situación geográfica.
A partir del 1730, Santander salió de la contracción secular del XVII, en razón a los planes económicos del gobierno y al aumento del comercio, que originaron un crecimiento de la población ya en la década siguiente; a partir de 1750 se produjo el cambio de tendencia, se superó el estancamiento, y se crearon formas modernas de economía, a un ritmo, primero, vacilante y, más tarde, rápido.
 
Como factores decisivos de este crecimiento hay que señalar en 1753....